MEMORIA 2017

TANANTE

Después de un inicio tan positivo como el que vivimos en Madina Souane en  julio del 2016 con los dos pediatras y los coordinadores de proyecto en Senegal, Salif y Gloria se reunieron con las personalidades del pueblo para ver la conveniencia de establecer las bases de un proyecto sanitario en colaboración con ASF. Las autoridades nos expresaron su preocupación por la situación sanitaria de la población y acogieron con los brazos abiertos la propuesta. En ese momento las demandas por nuestra parte fueron claras: Gloria propondría a ASF un proyecto basado en el apoyo a la formación de profesionales de la sanidad, una campaña anual de consultas y curas gratuitas que incluiría una revisión completa a los talibés (alumnos de la escuela coránica), la medicación necesaria, la presencia de voluntarios españoles profesionales de diferentes campos de la medicina y la salud, y la financiación de los estudios de salud a jóvenes locales con vocación. A cambio ellos intentarían rehabilitar y acondicionar la casse de santé (dispensario médico), y buscarían un equipo de personal local dedicado a la sanidad, tanto formal como tradicional, y algún aprendiz interesado en tener una experiencia en el ámbito. Y cómo no, las condiciones y documentación necesarias para que el equipo de voluntarios pueda desplazarse hasta Madina Souane, alojarse y trabajar.

En los meses de septiembre y octubre Salif se reunió de nuevo con las autoridades de Madina Souane que nos habían acogido y se habían encargado de nuestro alojamiento y nuestra manutención, y Gloria expuso a la junta de ASF las razones por las cuales proponía arrancar un proyecto médico en dicho pueblo. Y las respuestas fueron positivas en ambos equipos, con lo cual se dió inicio a lo que sería, ahora sí, un proyecto a medio-largo plazo.

Tal y como os explicaremos a continuación, las cosas no fueron cómo lo esperábamos…

 

Tras ser aprobado el arranque del proyecto, se convocó la participación de personas con formación médica y sanitaria y se formó, después de diversos cambios e incidencias,  un equipo con 3 residentes de médicos de adultos, una pediatra,  dos enfermeras, una psicóloga y una intérprete de francés (muy útil para las traducciones continuas y la redacción de documentos de derivación).

Se realizaron las sesiones de formación correspondientes. Los focos de la actividad prevista sobre terreno eran dos: consultas y curas, y charlas de sensibilización y salud preventiva. Con la intérprete de francés y el equipo de senegaleses, los coordinadores podían quedar más liberados para hacer conocimiento de la zona, de las condiciones de las casas y el modo de vida de la población. Y esta vez expondríamos el objetivo expreso de revisar a los talibés.

Eso sí, sin perder nunca de vista que el objetivo principal no eran los pacientes, ni siquiera los talibés, sino el equipo de trabajadores locales con los que íbamos a trabajar codo con codo desde la igualdad, con ganas de compartir y de intercambiar conocimientos y maneras de hacer.

Así, cargadas de medicamentos y de ilusiones, las 8 voluntarias y los dos coordinadores salieron de Banjul en pleno mes de julio.

Pero la realidad que nos esperaba no era la que imaginábamos. La mayoría de los acuerdos establecidos con los responsables de Madina Souane, tanto en julio de 2016 como en las reuniones posteriores mantenidas por Salif, no se habían cumplido. Ni el alojamiento ni las condiciones de la casse de santé eran las adecuadas, y, sobre todo, no había el equipo de personal local con el que supuestamente teníamos que trabajar. Ello influyó también sobre los ánimos del equipo de voluntarias y sobre su trabajo.

Afortunadamente  enseguida llegaron el sanitario y la chasse femme (comadrona tradicional) de Diafar Douma (población de nuestra contraparte), y a los dos días recibíamos con mucha alegría a Lamine Badji, un agent de santé communitaire que estaba haciendo sus prácticas en el Hospital Regional de Ziguinchor, capital de la Casamance. Ellos, con Mandy como agente de salud de Madina Souane, conformaron un equipo profesional senegalés activo, comprometido y de gran valor. Así que nos pusimos manos a la obra, comunicamos fecha y hora de inicio de las consultas y organizamos el material, el espacio y el personal para trabajar lo mejor posible.

 

Durante los días de trabajo las dificultades fueron muchas, convivían pacientes con enfermedades o heridas graves con otros que se inventaban cualquier dolor sólo  para recibir un Paracetamol. Esta situación empezó a desanimar un poco al grupo, se planteaban cuál era el sentido de haber llegado hasta allí si una proporción elevada de los pacientes no lo eran verdaderamente.

Así que, para rentabilizar el tiempo y cumplir con el objetivo de centrarnos en el personal local, propusieron que cada día por la tarde uno de los equipos mixtos (español senegalés) se tomara la tarde libre para discutir y compartir conocimientos sobre un tema de interés común o alguno de los casos que habían visto juntos. Y resultó una experiencia positiva para ambas partes.

También iniciaron algunas charlas de sensibilización a partir de las dolencias más comunes que habían observado. Siempre compartidas con senegaleses que hablaban a la población en mandinga (casi nadie fuera del equipo hablaba el francés) desde el conocimiento de sus costumbres y su modo de vida.

Los intentos de revisar sistemáticamente a todos los talibés no dieron su fruto, no supimos organizarlo adecuadamente, y aunque sí hicimos varias consultas y curas, fue un aspecto más que no acababa de funcionar.

La actividad intensa tanto dentro del dispensario como fuera en la sala de espera no dio lugar a que los coordinadores se ausentasen para hacer visitas a pueblos, casas y familias,

A pesar de que a menudo no acabábamos de ver el sentido y la conveniencia de la labor que estábamos realizando, no dejaba de sorprendernos la cantidad de gente que llegaba a la consulta, desde poblaciones de hasta 20 km a la redonda, andando o en carreta, con niños, y con colas de espera de hasta tres días!!! Aquella afluencia masiva nos estaba hablando de una necesidad real y pedía a gritos un golpe de mano a su situación.

Los días iban pasando, y los coordinadores, especialmente Gloria, no veían clara la sostenibilidad de un proyecto que no contaba con la implicación real y suficiente de las autoridades y el personal local. Hacía un año habíamos llegado a Madina Souane con 2 médicos a hacer consultas gratuitas sin que nadie nos lo hubiera pedido y, a pesar de su cálida acogida, su agradecimiento, y el interés mostrado en las reuniones, los resultados corroboraban la idea de que un proyecto no tiene futuro si no es iniciativa de un equipo local comprometido. Era hora de irse: reconocer el error  y cancelar el proyecto.

Pero a pocos días del fin de la estancia, varios hechos sorprendentes cambiaron el rumbo de las cosas, y abrieron esperanzas nuevas. Tal y como suponía Salif, la falta de colaboración y participación no respondía al desinterés sino al desconocimiento por parte de las personas encargadas del ámbito de la salud en la localidad. La información del verdadero sentido de nuestra estancia no había llegado al comité de salud de la población ni a la asociación fundada por miembros de Madina Souane (Assolucer) que desde hace 20 años trabaja y lucha por el desarrollo tanto de la sanidad como de la agricultura en el municipio y en 7 municipios más. Dichos equipos interpretaban nuestra estancia como un favor puntual y personal al Khalif, y no sabían que detrás de nuestra labor había una ONG con un proyecto a medio-largo plazo.

Así que los dos últimos días fueron de reuniones intensas, conocimiento mutuo y acuerdos y compromisos que nos han llevado a continuar un año más para darnos la oportunidad de ver una vez más la posibilidad de una colaboración real y fundamentada, positiva para todos.

Desde entonces las reuniones del equipo senegalés con Salif se han repetido, el Jefe Médico Regional se ha involucrado, y se están dando los pasos necesarios par solicitar al gobierno que declare la poste de santé de Madina Souane de manera oficial, y obtener así personal médico profesional subvencionado por el estado.

Así que ahora sí un equipo potente y comprometido nos pide nuestra colaboración y apoyo en su proyecto de conseguir un centro de salud digno para un amplia población hasta el momento mal atendida y de ofrecer en dicho centro una atención médica y sanitaria de calidad.

Para ello han realizado los planos y el presupuesto necesario para la construcción de dicho dispensario, en la financiación de la cual colaboraremos si tenemos posibilidades.

Y nos piden la subvención de los estudios de ámbito sanitario a jóvenes con el título de bachiller. Dado que en este momento no conocemos ningún joven de Madina Souane en estas circunstancias, ASF ha becado los estudios a una muchacha de Ziguinchor, Ramatoulaye Diamanka, que participará en el proyecto a partir del verano próximo.

Finalmente nos piden también la continuidad de las estancias de salud con voluntarios españoles para compartir el trabajo con el personal del comité de santé y formar un equipo sólido de intercambio y aprendizaje mutuo.

Con esperanzas renovadas, hemos abierto la convocatoria para el TANANTE’18, y las ganas de volver a estar en Madina Souane, entre sus gentes y sus talibés, no nos abandonan ni un sólo día.

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